lunes, 17 de abril de 2017

Si hay que sanear... se sanea

Después de este largo silencio radiofónico, comenzamos con esta famosa cita de Usillos, de "El Milagro de P. Tinto"... ya estáis tardando en ir a verla.
Y es que el invierno de este año ha sido durillo... temporal en el levante, (espigón de la Marina Real)
crecidas generalizadas en el interior, (esto es el río Magro... sí, sí, ese que no suele llevar agua...)
en fin, frío y pocas condiciones para salir a navegar. (Santi vestido de marinero bretón, con boina y cazadora)
Por lo que lo que nos quedaba era arreglar el barquito, que falta le hace.
La temporada pasada ya arrancamos el revestimiento del techo, para dar caza a las goteras. Y no nos anduvimos con mucho miramiento... en cuanto volvimos de La ruta de la Sal, empezamos a descascarillar el techo:





Con herramientas adecuadas y un poco de sutileza, el revestimiento antiguo fue cediendo, con su correspondiente capa de espuma de poliuretano...




















El salón parecía más bien una cueva, con la fibra amarillenta a la vista, y varios desconchones que dejan ver el sandwich de espuma de la caseta.
La construcción de la cubierta del Puma es de molde hembra laminado con núcleo de espuma de poliéster (por suerte); que hay muchos barcos de la época que tienen el núcleo de madera de balsa, muy ligera, pero vulnerable a humedades varias. La espuma, aparte de coger un color vintage muy apropiado, al menos no se pudre con el paso de los años y del agua...
Pero todo esto hay que cubrirlo, que no queda bonito, los cables colgando y la fibra de vidrio soltándose sobre el pelo de la tripulación...
Después de barajar varias posibilidades, y probar con planchas de polietileno, muy ligeras y finas, pero de acabado más bien dudoso...
finalmente optamos por un revestimiento de friso de PVC (de ese que se instala en las paredes de zonas húmedas). Y queda muy aparente oiga:
Santi instalando el último tornillo del marco de la escotilla... vaya guerra ha dado el dichoso marquito, que para encajar un marco cuadrado en un techo curvo hemos tenido que sudar tinta...
¡¡Tachán!!
Ahora, para conseguir ese acabado tan limpio por el interior, hemos tenido que desmontar los pasamanos y los desviadrizas del exterior... nos ha quedado la cubierta pelada.
¡Seguiremos informando!