jueves, 22 de septiembre de 2011

Mis vacaciones náuticas, parte I

Parece que mi relación con el Mediterráneo se va a interrumpir por unos meses, ya que me voy, con mi medio limón, al Canadá.
No había un sitio más lejos, ni más frío, brrrr... En fin, qué se le va a hacer, las ocasiones las pintan calvas, y ésta no podía desaprovecharla.
Pero no dejaré el blog (menos periodicidad que la que llevo ahora es imposible...) y os iré contando aventuritas de allende los mares, (que también tienen agua en Montreal). Aunque me imagino que mis próximas entradas tratarán de patinaje sobre hielo...
Así que para no romper de golpe la historia, os voy a contar mi semana de vacaciones de este año, entre estos nuestros dos azules, y que estuvo llena de retos.
Primero, tuvimos la gran suerte de poder acompañar al Jefe en un transporte de un barco a Mallorca.
El de la banda azul, justo en medio de la fotografía.
El "Tradewind", un queche de veintiporrón de metros, bandera alemana, de madera, bastante cuidado en aspecto, aunque al revisarlo a fondo, descubrimos unos cuantos "esqueletos en los armarios".
Para realizar un viaje con un barco que no conoces, es necesario revisar a conciencia todos los servicios, estado de todos los elementos, grifos de fondo, cuadro eléctrico, velas, aunque vayamos a ir a motor... En eso el Jefe es bastante puntilloso, y nos tiramos día y medio buscando en todos los rincones del barco.
En el viaje, tú te haces responsable del barco, pero a la vez, dependes de él, así que en estos casos es mejor pecar de precavido, y no dejar nada al azar, que Murphy levanta su fea cabeza en el peor momento...
Al final, con unas horas de retraso respecto al horario previsto, y con un fuerte mar de fondo de proa, partimos de Moraira hacia Mallorca el martes 2 de Agosto.
Por la tarde bajó un poco el mar, y el barco dejó de balancearse locamente, para, simplemente, balancearse mucho. Al anochecer dejamos Ibiza por el través de Estribor, y ya entrada la noche, comenzamos a divisar los faros de Mallorca. El amanecer nos encontró recorriendo la costa norte de Mallorca, descubriendo sus fantasmagóricos acantilados entre la niebla, que se deshacía, perezosa, al subir el sol.
Una cala al norte de Mallorca.
Entramos en la bahía de Pollensa, una de las costas más bonitas que he visto, y finalmente, recalamos en el puerto de L'Alcúdia.
Arranchar el barco, limpiar la sal del viaje, y al pueblo a comer.
Mañana debemos volver a Valencia, para proseguir con nuestra aventura, ahora solos.

jueves, 8 de septiembre de 2011

Vídeo de la regata Bahía de los Naranjos

Como siempre, por cortesía de Germán, tenemos un vídeo de las aventuras en la Goleta.



¡Que lo disfrutéis!
Yo estoy en casita, intentando recuperarme de un gripazo que me tiene tumbada... ¡Pero para el sábado me pongo buena, seguro!

domingo, 4 de septiembre de 2011

Vuelta de vacaciones

Septiembre. Ya estamos aquí. Vuelta al cole, al trabajo, y a la rutina otoñal.
Pero no todo iban a ser malas noticias, después del parón veraniego, vuelve la temporada de regatas. Y este año, con fuerza, ya que participamos en el XLI Trofeo Bahía de los Naranjos, organizado por el Club Náutico Cullera, a bordo de nada más y nada menos que ¡la Goleta Tirant I!
Que también son ganas, meter el barcazo ese en la bahía de Cullera, en una de las regatas más veteranas del mediterráneo, entre veintitrés embarcaciones más, y peleando por la salida.
Transporte de Valencia a Cullera.
Por la mañana el día se presentó con un poniente fresquito (viento de tierra) que nos aceleró el transporte desde la Marina Real Juan Carlos I hasta el faro de Cullera. A partir de ahí, los que conocen la zona sabrán que el día no presagiaba nada bueno en cuanto a viento. El poniente en la bahía es racheado por necesidad, lo escarpado de la costa no deja que sea un viento limpio, al bajar entre los montes.
Salida de la regata, rumbo 17˚, viento ENE.
Al haberse establecido un poniente tan fuerte por la mañana (a las 9:30 soplaban unos 15-20 nuditos), esto no dejó arrancar al verdadero motor eólico del levante, el Garbí, hasta casi las cuatro de la tarde.
Normalmente este viento térmico (generado por el calor del sol del mediodía, y por tanto, viento de mar) arranca puntualmente a las dos de la tarde. El tiempo es muy estable en esta franja del mediterráneo en verano, lo que le confiere a Valencia ese carácter de excelente campo de regatas.
Los compromisos en las boyas se negociaban fácil. Yo te desvento, y tú me pasas por la popa.
Total, que la regata se desarrolló con viento de tierra en su primer tercio, después una encalmada que nos pilló a todas las embarcaciones más pesadas y nos hizo desesperar, y casi al final del último tramo, un garbí que nos arrancó en Gennaker. (Debía estar por caerse, porque no fue para tanto... una rachita de nada y ¡toing! a pescar al arrastre con el trapo rojo...) En fin, que no se puede tener todo. Al final, la goleta acabó 21º de 23 barcos. Un puesto espantoso. Qué le vamos a hacer, estamos desentrenados después del verano. Pero aprendimos, nos divertimos y pasamos un buen rato, que es de lo que se trata, ¿no?
Las fotos de tan magno evento, aquí abajo, como siempre.
Fotos_2011-09-03_Regata_en_la_Tirant_I
...Y para dejaros con la miel en los labios, (o para obligarme a actualizar, principalmente...) os avanzo que os contaré mis vacaciones náuticas de este verano: un viaje de cuatro días en el Pirata Dragut, mano a mano, mi medio limón y yo.