sábado, 15 de julio de 2017

jueves, 6 de julio de 2017

Regata Ayuntamiento de Canet, 2017

Este año estamos aprovechando el circuito de regatas, apuntándonos a todo lo que se mueve. El fin de semana del 1 al 2 de Julio, le tocó a la regata Ayuntamiento de Canet d'en Berenguer, que, año tras año, pone su granito de arena para promocionar el deporte de la vela, y el municipio y sus playas.
Los recorridos propuestos son dos vueltas a un bastón frente a la playa el sábado, y un recorrido costero el domingo.
Y este año, ¡tenemos tripulación!
El sábado, con Vicky y Juan, en la reunión de patrones.
Y el domingo se unió Concha, para documentar la hazaña.
También estaban por allí los chicos de Tele Canet, haciendo un reportaje espectacular. ¡¡El Entre dos azules sale en primer plano!! (esperad al minuto 1:30, reportaje intensivo)
La regata del sábado comenzó con un tiempo raro, incluso llovió por la mañana. Afortunadamente, a lo largo del día fue mejorando...
El momento relax en la piscina del club náutico. Lo mejor de estas regatas, aparte de navegar, son todos los actos paralelos, almuerzo, piscina, cena del sábado, comida del domingo, entrega de premios...
Navegando de través frente a la playa de Canet, para que los bañistas nos vean pasar.
La tripulación, haciendo banda.

Mi extraña postura para timonear... Normal que acabe con agujetas.
Ya hemos terminado. Momento de recoger velas. La próxima, ¡nos vamos a Oropesa!

martes, 27 de junio de 2017

Jubilata's Cup 2017

Otro año más, nos trasladamos a Burriana para disputar la VII Jubilata's Cup, los días 17 y 18 de Junio.
Este año se ha superado la barrera de 50 barcos inscritos, esta regata mejora año tras año, -y ya van tres- que la disputamos con el Entre dos azules.
El viernes 16 de Junio, con el barco amarrado en Canet, hacemos las últimas 15 millas que nos separan de Burriana, en una apacible tarde de navegación... después de haber buceado el barco durante dos horas para intentar eliminar toda la fauna que nos está frenando. La navegación a vela bien vale un chapuzón de vez en cuando... con un estropajo, y una espátula. Y en el Puma además, es imprescindible.
Después de adecentarlo un poco por arriba y por abajo, soltamos amarras, y ponemos proa a Burriana, poco viento y a motor.
Los dos días de regata se mantuvieron moderados de viento, con una pequeña ola que al Puma le venía fatal. Además, por rating entramos en clase "B", para nosotros totalmente indefendible, pero que debido a lo escasa que resultó la clase, nos valió para ver, durante unas horas, un espejismo: ¡El Entre dos azules, segundo de su clase en la primera prueba del día!
Evidentemente, era un error... Pero yo me guardé el fichero, por si acaso... El Manguicu y el Maremoto son barcos superiores al nuestro, y lo hicieron bien, además...
El sábado tuvimos que realizar dos pruebas de bastones barlovento - sotavento, y la segunda ya se nos atragantó un poquito, demasiado poco viento, y el Puma no era capaz de ceñir contra la ola... Después de hacer un cuarto puesto en la primera prueba (esta vez de verdad), nos retiramos en la segunda.
El domingo, disputamos la típica regata costera; que en Burriana significa hasta la piscifactoría y vuelta. El viento no terminaba de animarse lo suficiente, pero aún y todo, nos permitió remontar puestos frente a barcos de la clase Promoción que habían salido minutos antes que nosotros.
En regatas tan concurridas como ésta, se procura que no salgan todos los barcos a la vez, porque habría tortas. Entonces, lo que se hace es que los barcos de clase "C" y Promoción (es decir, los que recorren una milla en más de 12 minutos, y los que no tiene certificado) salen primero, y varios minutos después, salimos las clases "A" y "B" del RI, es decir, los que se supone que recorremos una milla en menos de 12 minutos (725 segundos por milla). Al Entre dos azules nos han colocado un rating de 701,9 segundos por milla, lo que significa que debemos recorrer todas y cada una de las millas de la regata en 11 minutos y medio, para defender nuestro puesto. Y si lo hacemos mejor, ganamos.
Por eso en regata hay dos tiempos; el real y el compensado. Puede que llegues primero en tiempo real, y cruces la meta antes que nadie, pero si llevas un pepino de regatas y no has sido capaz de defender tu rating, caes en la tabla varios puestos.
Resultado: cuarto puesto en la tercera prueba. Otra cosa no será, pero el Entre dos azules es regular; si cogemos un puesto ya no lo soltamos...
Aún y todo, como la clase "B" resultó pequeña -ocho barcos-, y en la Jubilata's se reparten un montón de premios, conseguimos un cuarto puesto general en la clase, lo que nos valió un trofeo para la vitrina:
El trofeo, obra de un artista Burrianense.
Aparte de que nos ganamos en sorteo, un cheque regalo para comprar en Acastillaje Difusión de Castellón, uno de los espónsores de la regata.
El ambiente, y la entrega de premios y trofeos...
Todas las fotos de Guillermo Baixauli, aquí, como de costumbre.

jueves, 15 de junio de 2017

Regata Tres Puertos 2017

El sábado 10 de Junio habíamos disputado la primera etapa de esta regata Tres Puertos organizada entre los clubes náuticos de Canet, Port Saplaya y Pobla Marina. El Domingo 11 toca volver a Canet para cerrar la travesía. Esta vez no hace falta bajar hasta Port Saplaya, el rumbo será directo de Pobla a Canet, para llegar allí a comer.
En Pobla Marina se disputaban el mismo Domingo, una travesía a nado en el puerto, un concurso de pesca, y la segunda etapa de la Tres Puertos...
Con los pescadores no solemos tener problemas, de hecho creo que no vivimos en el mismo huso horario; para pescar hay que madrugar bastante más que para navegar. Los peces se mueven de madrugada, mientras que el viento, normalmente, no arranca hasta el mediodía.
Pero con los nadadores, había un problema de uso de la lámina de agua del puerto: entre las 10 y las 11 de la mañana estuvo prohibido mover embarcación alguna; por motivos obvios:
Salida de la travesía a nado de Pobla... el Entre dos azules está amarrado ahí en el medio de la imagen. No podíamos salir hasta que aquello se despejara...
La etapa del Domingo nos salió mucho mejor: la salida la clavamos justo por detrás de la primera fila, la subida a la boya de desmarque fue muy rápida y aprovechamos nuestro bordo bueno para acercarnos lo más posible.
Navegando en regata hay algunas reglas que hay que tener claras: Una de ellas es que cuando recibes el viento por estribor (navegas amurado a estribor) tienes preferencia de paso sobre un velero que navegue amurado a babor.
Por esto mismo, la gente procura ir en el bordo bueno cuando se acerca a una boya.
Pero hay otra regla muy importante: cuando entras en zona de boya (menos de tres esloras alrededor de la boya), el primero que llega gana la preferencia, navegue del bordo que navegue.
Vamos, que cerca de una boya es tonto el último.
Y os cuento todo esto porque en esta boya de desmarque hicimos cumplir esta última regla. Nos acercábamos amurados a babor, teniendo que ceder el paso a cualquier cosa que se nos acercara por estribor. Ya muy cerca de la boya, tenemos dos barcos a estribor, en el bordo bueno, acercándose también con ganas de tomar la misma boya. Y nosotros llevábamos carrerilla, y una pequeña ventaja.
No cedí el rumbo, y entramos en la zona de boya los primeros. ¡Y viramos casi encima de la boya! Santi clavó la maniobra, con un trabajo de winches impecable, y pudimos doblar la boya sin tocarla, en un golpe redondo. El barco que venía más a barlovento, pudo tomar la boya en paralelo a nosotros, pero el que venía más de ceñida, se quedó aproado junto a la boya, sin poder maniobrar.
Su situación resultó parecida a la nuestra en la Regata Torre del Marenyet del 2015, y en ese caso hay que caer, salir de ahí y retomar la carrera tras un par de viradas. Por lo que nos comentaron otros regatistas, le costó un ratito recuperar la marcha...
La flota subiendo hacia Canet. Evidentemente, íbamos de los últimos.
De nuevo tras la travesía, entrega de trofeos, comida de hermandad, y sobremesa en el Club de regatas de Canet, que se lo montan genial para estos eventos. Para la siguiente regata del Club, la regata Ayuntamiento de Canet, había un acto más que añadir a los anteriores; la elección del dibujo ganador para lucir en las camisetas. Los escolares de Canet presentan varios dibujos con la ilusión de ver su obra plasmada en el cartel y las camisetas de la regata Ayuntamiento. Y es curioso cómo ven los chavales el mundo de la vela:
Lleno de piratas...
Clasificación del día; sin sorpresas. Entre dos azules, puesto 15 de 16. Estamos abonados al penúltimo...

domingo, 11 de junio de 2017

¡Vuelta al lío!

Ya hemos decidido que por esta temporada está bien, que el bricolaje es necesario para hacer el barco un poco más habitable, pero que también queremos navegar.
Así que nos apuntamos a la regata tres puertos, disputada este fin de semana, 10 y 11 de Junio, entre Canet, Port Saplaya y Pobla Marina.
Sí, necesitamos un aliciente para navegar, y normalmente, regatear funciona...
El viernes 9 por la tarde, toca trasladar el barco a Canet. Tres horas y media de viaje, rumbo norte, y comenzando con el habitual tráfico de la bocana del puerto de Valencia.
Al salir tarde, después de trabajar, la travesía fue tranquila, con poco viento, y llegada con la puesta del sol a Canet. Amarrar en el muelle de levante, cenar en el restaurante del club, una duchita, y a dormir, que mañana toca travesía costera hasta Port Saplaya. (Más o menos retroceder hasta la mitad el camino que hemos hecho hoy)
Sábado por la mañana, tras el almuerzo y la reunión de patrones, toca salir al mar para realizar el procedimiento de salida a las 12:00. Poco a poco, todos los barcos dejamos los pantalanes y nos ponemos a dar vueltas frente a las costas de Canet.
El Tusitala, un Puma 34; como el nuestro, pero un poquito más naranja...
En el procedimiento de salida, los barcos van evolucionando, midiéndose y acercándose los unos a los otros... Hay que dejar claras las intenciones: ¡Izad la bandera!
Bonita foto del Entre dos azules con pinturas de guerra.
La primera manga del sábado, no nos salió muy bien; la salida fue un desastre, la subida hasta la boya de desmarque la hicimos a sotavento de todo el mundo, sin viento ni posibilidades; y nos acercamos demasiado al cargadero de mineral de Sagunto, lo que nos obligó a hacer un bordo extra para poder superarlo. Seis meses de sequía hacen que se oxiden las pocas habilidades regateras que teníamos adquiridas...
Total, para cuando tomamos rumbo directo a Port Saplaya, la flota nos llevaba unas cinco millas de ventaja. Lo demás, lo de siempre: poco viento, barco pesado, casco sucio... Menos mal que no competimos para ganar... si no no podríamos con la frustración. Navegar, disfrutar del paisaje, beber cervecitas... y buscar la boya de Port Saplaya, para poder tomarla y dirigirnos a Pobla.
El puerto de Port Saplaya no tiene calado suficiente para que entren los veleros que compiten en esta clase de regatas, así que a pesar de organizar parte de ésta, no podemos disfrutar de su hospitalidad. Sólo pasar cerca a saludar, y seguir camino a Pobla Marina, donde termina la primera etapa.
Pero podían haberse currado una boya más grande... ¿no?
Misión cumplida, boya doblada, rumbo a Pobla Marina. Resultados de la primera prueba; Entre dos azules en el puesto 14 de 15 barcos.

jueves, 8 de junio de 2017

Nueva salida cortita...

Está visto que esta temporada vamos escasos de suerte en lo que es pasear visitas. Pero vamos mejorando. Hace unas semanas fueron diez metros de paseo. Este fin de semana llegamos un poco más lejos: hasta la bocana del puerto.
Había que aprovechar que tenemos visita internacional para mostrar cómo se puede disfrutar del barco, cuando hace buen tiempo.
Pero en primavera, el tiempo es cambiante y caprichoso, y el pasado sábado nos demostró que uno no puede fiarse.
Toda la semana con un sol de justicia, y el sábado amanece grisáceo y poco prometedor... aunque la previsión no daba lluvias para aquella mañana. Aún así, nos dirigimos al puerto, a intentar disfrutar de un día de navegación. Se celebraba una regata en el náutico, y había barcos saliendo. ¡Vamos allá!
¡Todo el mundo a bordo! A veces hasta salía un rayo de sol, y parecía que quería alegrarse el día...
Quitando la funda de la vela mayor, ¡yo aún creía que íbamos a navegar!
¡Ya hemos salido! Maniobrando por el puerto, una nube negra hace acto de presencia...
¡Tormentón! En tres minutos cayó un chaparrón como pocos (se ven algunas gotas en la estela del Entre dos azules) y descargaron unos rayos impresionantes en las grúas del puerto. El estruendo era tal, y llovía tanto, que lo único que pudimos hacer fue enviar a la tripulación abajo, dar media vuelta, y volver al amarre con el rabo entre las piernas.
Entrando al amarre de popa. La ventaja del barco es que para maniobrar marcha atrás, no es necesario pasar el brazo por detrás del asiento del copiloto y girar el cuello... Uno se da la vuelta, y conduce al revés.
La desventaja, es que ante una foto desde la cabina, no me pilla el mejor ángulo...
Una vez en el amarre, volvió a salir el sol. En fin, pues a disfrutar de las cervecitas, y la navegación la dejamos para cuando haya clima de pareo y bikini.

viernes, 26 de mayo de 2017

Plato de espaguetis

Otro factor para el eterno problema de humedad a bordo, son los agujeros en cubierta. Pero ¿de qué otro modo van a pasar los cables del palo al cuadro de mandos?
Seguro que hay otro modo, pero hasta que no se invente el teletransporte wireless de amperaje considerable, las luces de navegación, antena y la electrónica variada necesitarán un cable. O varios.
La instalación actual de la base del palo: los cables están protegidos con varias vueltas de cinta autovulcanizable, un tubo corrugado, más cinta y pintura blanca. Empalmes en la propia base del palo, y todo aderezado con un montón de barro. Ha estado entrando agua por ahí durante años...
El agujero, directamente a través del techo del baño, y los cables bajando en vertical hasta la base del puntal, y humedeciendo justo donde el mástil ejerce toda la fuerza... ¿Hemos dicho ya que en los Pumas hay que cambiar el puntal y la varenga casi seguro en todas las unidades? Porque cablean el palo hasta la base, y llevan el agua directamente allí...
Atravesando el mamparo por la parte más baja, los cables aparecen en el salón, justo en el cofre por donde pasan los tubos del desagüe del baño.
Pero hemos visto que hay un tubo corrugado que va desde el baño hasta el cuadro de mando en popa por un sitio más elevado: el respaldo del sofá de babor. Así que sacamos los cables de la vertical, y los llevamos al armario detrás del WC.
Por ahí detrás, falta poner unas canaletas y una caja de registro, pero la idea está clara. Ahorramos unos cuantos metros de cable, y evitamos embarcar el agua directamente a la madera de la sentina.
Hala, todo esto sobra. Aquí abajo tenéis el plato de espaguetis del que os hablé, todo etiquetado y (aunque no lo parezca) bastante organizado.
Lo desagradecido de trabajar en la distribución eléctrica es que al final de la movida, se procura que los cables no se vean, con lo que no se aprecia el trabajo... Así que os pongo una foto de Santi cableando, para que quede constancia.

Y la instalación (aún provisional) por el techo del baño:

domingo, 21 de mayo de 2017

¡Enredados!

Suele pasar cuando Murphy levanta su fea cabeza: Tenemos el barco medio presentable, con techo nuevo, y visita de amigos de Madrid... ¡Vamos a navegar!
El Domingo 14 de Mayo, preparamos unos sándwiches, cargamento de cervezas, y al puerto. Aún quedan algunas cosas por recoger y arranchar, así que nos tomamos tranquilamente unas cervecitas en la bañera.
Pero el grumete tenía ganas de salir, (y los patrones más, todo hay que decirlo, que el barco lleva amarrado sin moverse desde el 13 de noviembre del año pasado, se dice pronto...)
Así que arrancamos el motor, y nos disponemos a dar una vueltecita. El día está precioso, con sol y poco viento, ideal para un paseo tranquilo...
Sacamos el barco del amarre como siempre, tirando de una de las amarras del muerto, y dejando caer las guías al fondo bastante antes de engranar el motor. Aún y todas las precauciones, tantos meses amarrado, posiblemente una de las guías estaba ya enganchada al timón, cerca de la hélice, porque en el momento en que doy avante, el motor se cala.
Como el motor es viejo, supuse que había sido un fallo, y arranco. Pero al engranar la marcha, de nuevo se detiene.
El viento es suave, y el barco queda atravesado en el canal, frente a nuestro amarre... no hay mucho que hacer, y no hay peligro, de momento no derivamos hacia nadie. De hecho el barco no se mueve ni un poquito; solo sigue girando, hasta quedar de popa al amarre. Me asomo por la borda, y enseguida me doy cuenta de la situación, veo un cabo tenso que sale de debajo del barco hacia el muelle: hemos enganchado una de las guías del fondo con la hélice.
En ese momento, nos damos cuenta de que el plan se ha torcido un poco. Toca volver a meter el barco en el amarre, y bucear para soltar el enredo. Aún nos queda la esperanza de soltarlo y salir... En el balance de la situación; viento suave y en la dirección correcta, barco atado al muelle por la hélice, sin peligro alguno, sólo nos queda llamar a un marinero por radio y pedir ayuda para que nos remolquen dentro de nuevo. Total recorrido: 10 metros.
Hay que darse un chapuzón, que el cabo no va a soltarse solo...
Finalmente, tuvimos que abortar la misión, el cabo se había enredado tan fuertemente en la hélice que no pudimos soltarlo aquel día.
Una semana más tarde, y con herramientas adecuadas, el trocito de cabo que nos bloqueaba la hélice, pudo ser extraído: (Sí, esa porquería que se ve a la derecha de la foto puede parar un motor diesel de 30 caballos...)
Y la guía, que ha perdido un palmo de longitud en toda la operación, vuelve a su situación original: amarrada a la estacha que sujeta el barco al centro del canal:
  
Aquí está el nudo, despeluchado por el enganchón, y la reparación final:
¡Ya podemos salir a navegar!