domingo, 2 de octubre de 2016

Trofeo Comodoro, primera manga, 11 de Septiembre

El Domingo 11 de Septiembre, salimos a aguas del RCNV a disputar la primera de las tres mangas del Trofeo Comodoro. En la reunión de patrones nos comentan el recorrido: un pequeño bastón contra el viento de menos de una milla, y luego un recorrido costero hasta la bocana del puerto de El Perelló, y vuelta.
El día comienza apacible, sin apenas viento, pero con la previsión de que se levantaría el Garbí. Lo que pasa es que ya en Septiembre, el viento térmico suele ser más flojito, y entrar más tarde... al sol le cuesta calentar el agua.
La flota, dando vueltas alrededor del barco Comité, esperando las condiciones para dar la salida; a saber: que haya viento.
Nuestros amigos del Llevant Blau Regata. Finalmente, se da la salida con unos míseros cinco nudos de viento. Nos costó más de una hora remontar el bastón hasta donde estaban los cargueros. Una vez doblada la boya de sotavento, tomamos rumbo al Perelló.
Los barcos rápidos ya han salido disparados hacia la Gola de El Perelló, la clase Club vamos rezagados. La playa aún acoge muchos bañistas, que ven pasar una procesión de barcos hacia el sur.
¡Nos siguen! Y, lo que es peor, ¡nos ganan terreno!
Disfrutando de la navegación por la costa de El Saler.
Aún no vemos ni la boya de El Perelló, y ya vemos al pelotón de cabeza de la clase ORC-A, volviendo a Valencia.
Entre dos azules, penúltimo de su clase, después de casi cuatro horas y media de regata... Definitivamente, tenemos que bucear para limpiar el casco.

miércoles, 28 de septiembre de 2016

Paseo dominical... Domingo 25 de Septiembre

Volvimos de vacaciones... ya hace más de un mes, y aún no me había puesto a escribir. La vuelta al cole es un poco dura, la verdad, qué os voy a contar. Pero los fines de semana siguen siendo para evadirse, descansar y disfrutar de nuestro Entre dos azules en el Mediterráneo.
Este mes de septiembre ya hemos participado en alguna regata;
La primera manga del trofeo Comodoro en el RCNV el día 11.
La regata solidaria del CNCB, coincidiendo con el 40 aniversario del club, el día 17.
Y este pasado domingo 25, salimos a dar un paseo por los alrededores del puerto de Valencia, entrando en la Marina Real Juan Carlos I, y volviendo a vela hasta el Náutico, aprovechando que por fin se levantó el viento.
Las previsiones eran muy flojas, y se cumplieron. Quedamos a las 10:30 con unos amigos en el Náutico, y nos tomamos tranquilamente un café, esperando que las condiciones mejoraran.
Salimos del amarre casi a las 12:00, sin viento, y con el mar como un plato. Aprovecharíamos para enseñarles la Marina Real, acercándonos hasta allí a motor.
  
Y allá que vamos, inculcando la diversión marinera en un par de esforzados grumetes. Llevar un barco es divertido, aunque a motor puede ser un poco monótono... Despacito, milla a milla, dimos la vuelta a todo el puerto de Valencia y entramos en la Marina. Nos habían dicho que el Amerigo Vespucci andaba por allí, así que fuimos a echar un vistazo. Pero no lo encontramos, y mira que debe ser grande...
El edificio Veles e Vents, en su situación privilegiada en la dársena de la Marina.
Casi las 14:00, salimos de la Marina hacia la bahía de la Malvarrosa. El viento se ha levantado, y es hora de impartir nuestras lecciones de vela.
¡Mira arriba, no te vayas a perder cómo se trima el génova! Motor fuera y a navegar en silencio de vuelta a casa.
El mar está tan apacible, que hacemos casi todo el viaje en la proa, tomando el sol y sin rociones...
Finalmente, a las 16:00 arribamos a nuestro amarre en el Náutico, sin novedad, y con dos nuevos aficionados en el mundo de la vela. ¡A ver si repetimos!

viernes, 29 de julio de 2016

Vacaciones marineras (Epílogo)

...Y a mí que eso de "epílogo" siempre me ha sonado a "epigastrio"... en fin.
Que las vacaciones se acaban, y aunque esta semanita ha sido sólo un ensayo general (en Agosto nos vamos en serio quince días, en los que no va a haber ni blog ni nada...), hay que traer, como siempre, el barco a la base.
Salimos el Domingo de Cullera después de haber disputado la regata Pirata Dragut, y haber quedado en un honroso quinto puesto, con más viento del previsto, y más ola también.
El Domingo amaneció bonancible, con un suave viento de SSE, que nos iba a llevar a Valencia cómodamente. Un poco de ola de fondo, que nos iba a impedir fondear en la bahía, como habíamos previsto, pero bueno, navegar a vela es lo que tiene.
La bahía de Cullera desde la desembocadura del Júcar.
La Peñeta del moro, controlando el tráfico de la bahía.
La zona de Cap Blanc, con sus coloridas velas de Windsurf.
Las medusas evolucionando en la zona del faro...
Un último vistazo atrás antes de doblar el cabo.
El Faro de Cullera.
La playa del Dosel, a rebosar de gente. Aquí ya desplegamos génova, y apagamos motor.
¡Qué alegría!
...y así todo el camino hasta Valencia. Amarrar, arranchar, y adecentar un poco más el barco estos quince días para las vacaciones de Agosto.
¡Nos despedimos hasta Septiembre, con más aventuras, fotos y brico-barcos; que tenemos que recopilar historias para contar en este blog!

martes, 26 de julio de 2016

Vacaciones marineras y 3

Después de varios días de vacaciones, toca plantearse el regreso, que si hemos tardado tres días en llegar hasta aquí, no sé cuánto nos costará volver...
Afortunadamente, las condiciones meteorológicas son mejores que a la ida, y podemos hacer el viaje en una sola etapa: Desde Moraira hasta Cullera, cruzando el cabo de San Antonio, en ocho horas.
El primer tramo, a motor, que las condiciones para cruzar el cabo son casi siempre complicadas; fuerte viento de mar, y ola de fondo. Siempre, en las inmediaciones de cualquier cabo, el tiempo es cambiante y caprichoso; se unen las condiciones del mar con la orografía de una costa escarpada, la influencia del Montgó, y ya tenemos la ensalada. Los vientos se aceleran y se curvan al pasar el cabo, y si tienes condiciones adversas, en el cabo son peores.
En este caso, no llegó a mayores, pero el paso fue incómodo por la ola.
El Montgó al fondo, dominando la llanura del cabo de San Vicente. Nuestro destino, justo detrás de esa montaña.
Una vez pasado Denia, y adentrándonos en el Golfo de Valencia, el viento rola para ponerse a nuestro favor. Un cómodo rumbo de aleta que incluso aplana un poco la ola de fondo que nos venía molestando, y nos permite navegar a vela las últimas veinticinco millas del recorrido. A las siete de la tarde del viernes amarramos de nuevo en Cullera, para disputar la XV regata Pirata Dragut en aguas de la bahía el sábado por la mañana.
Las previsiones de viento para la jornada del sábado son de vientos de componente ESE, fuerza tres a cuatro. El sábado amanece despejado, y las previsiones se superan, con vientos fuertes y ola incómoda que hace que las ceñidas sean complicadas, al menos para el Entre dos azules y su tripulación reducida...
Una vuelta a un triángulo de unas cuatro millas y media,con rumbos de ceñida y través, que nos llevaron por toda la bahía a velocidades de casi siete nudos.
Finalizando la regata, uno de los barcos de la flota, el Alkaid II pierde el timón cerca de la peñeta del moro, y tiene que ser auxiliado por el Barbablu, que se ha convertido en una suerte de remolcador de veleros del puerto de Cullera...
El Barbablu acercando al Alkaid II al amarre.
Lo bueno de los timones de fibra es que flotan, así que pudo ser rescatado también. Ahora otra operación de brico-barco, y arreglado...

viernes, 22 de julio de 2016

Vacaciones marineras 2

En la etapa anterior, nos habíamos quedado en Denia, con una ventolera considerable que nos impedía cruzar el cabo de San Antonio. El martes 12, sin embargo, las previsiones eran de poco viento, ideal para recorrer la escarpada orografía de los cabos de San Antonio y La Nao, y las incontables calitas que jalonan la costa entre Denia y Calpe.
El mar, como un plato a la salida de la bocana de Denia. El Cabo San Antonio al fondo, nada que ver con el panorama de ayer... Pero, las consecuencias de la ventolera nos trajeron curiosas capturas a bordo; rescatamos ésto con el salabre.
Algún niño se quedó sin colchoneta ayer en la playa...
Total, que sin viento, avanzamos tranquilamente a motor, pero sin despeinarnos, bordeando los acantilados de la costa alicantina.
El faro del cabo de San Antonio, justo desde abajo...
Para cruzar la bahía de Jávea izamos la mayor, el poquito viento que había nos ayudaría a gastar menos gasoil (y ahorrar en ruido también...)
Junto al islote de Portitxol, al sur de Jávea, vimos las evoluciones de la Salvamar, auxiliando a una motora en apuros (se había quedado sin batería). La foto es de mala calidad, pero es que incluso con este buen tiempo no saco el móvil de la funda estanca... por si acaso
La costa, escarpada, con sus casitas colgadas al borde de los acantilados; a ver cuánto aguantan antes de que un temporal las reclame...
El faro de La Nao, vigilando su parcelita de litoral:
Más cuevas, y más calitas... navegando pegados a las rocas, con más de veinte metros de profundidad, aquí es imposible echar el ancla (a menos que lleves setenta metros de cadena...)
Así que frente a la cala de la Granadella, bajamos la vela y paramos el motor, para poner el barco a una suerte de pairo, y darnos un chapuzón, que el calor aprieta y no hay brisa que lo alivie...
  
Un, dos, tres, ¡splash!
¡Aaaahhh, qué rica!
Después de unos minutos de refrescante chapuzón, por turnos y siempre agarrados a una de las defensas del barco; no olvidemos que no estamos anclados y la brisa puede jugarnos alguna mala pasada, retomamos el rumbo al sur.
Desde ahí tenemos varias opciones, el puerto de Moraira, o el de Calpe. Llamamos por teléfono, para comprobar disponibilidad, y nos decantamos por el de Moraira.
El Entre dos azules amarrado en el muelle del espigón del puerto de Moraira.
Etapa 3, Denia-Moraira, 15 millas.
Aquí, a hacer turismo y descansar, que las previsiones para los próximos días son de mal tiempo, lluvia y ola de fondo, que viene un temporal del golfo de León... Afortunadamente, Moraira tiene bastantes rincones agradables, y además, coincidió que comenzaban las fiestas...
  
Paseando por los rincones del pueblo.
La lonja de pescado de Moraira, una de las pocas del litoral donde el público en general puede pujar y comprar pescado fresco de la bahía.
La procesión de la Murta, dentro de los actos de fiestas de Moraira.
El fondo del puerto de Moraira está tan limpio que éste es el panorama al asomarse por la borda del Entre dos azules en el amarre: tenemos por vecina a una estrella de mar que vive en la base del muelle.
Después de dos días de descanso, toca prepararse para volver a hacerse a la mar. Hay que volver, que el sábado tenemos regata en Cullera.

martes, 19 de julio de 2016

Vacaciones marineras 1

Después del bricolaje y las regatas, hemos llegado a la conclusión de que tiene que haber algo más que hacer con un barco... Y lo hay: irse de vacaciones.
Así que aprovechando una semanita libre en Julio, zarpamos del puerto de Valencia rumbo a fondeos ignotos.
En realidad, nos fuimos de cena la noche del sábado, para celebrar que estábamos de vacaciones, y claro, se nos pasó la mano con éstas:
...así que se nos atrasó la salida al domingo.
Y el domingo, a la hora de almorzar, salimos al mar, con un montón de otros barquitos, para disfrutar del día de navegación.
Aparte de la informalidad de los armadores, que si se van de cena no navegan, el barco es un medio de transporte muy particular. Si el viento sopla muy fuerte en una dirección, más vale hacerle caso, y seguirlo, porque si nos empeñamos en contrariarlo, haremos gasto inútil de gasoil, ceñiremos como locos, para no avanzar ni un palmo, y nos cansaremos sin conseguir nuestro objetivo.
Así que antes de salir vimos el parte meteorológico, lo cotejamos con nuestros deseos, y vimos que hacia el sur podíamos navegar... ¡Moraira allá vamos!
Tres ejemplares de Puma 34 en el puerto de Cullera: el Pairo, el Pekas, y al fondo, el Entre dos azules.
El primer día, como salimos tarde, nos pilló el Garbí en el faro de Cullera, así que, como más vale ir disfrutando de las etapas para saborear el camino, nos metimos en la desembocadura del Júcar, para pasar la primera noche de vacaciones en nuestro puerto de regatas. Al fin y al cabo, las vacaciones son una actitud. Etapa 1, Valencia-Cullera, 15 millas.
El lunes salimos tempranito para proseguir camino al sur; las previsiones eran de un garbí aún más fuerte, que probablemente nos impediría cruzar el cabo de San Antonio (al menos cómodamente). Pues a tragar millas hasta que la ola y el viento nos hacen recalar de nuevo: etapa 2, Cullera-Denia, 25 millas.
Y eso que la travesía empezó tranquila:
Pero cuando el Garbí se une a la influencia del cabo, los rociones empiezan a ser más copiosos, la ola más pesada, y el espigón de Denia está estratégicamente colocado para que cuando estás harto de pegarte con el mar y el viento, te cueles dentro. (Con permiso del Ferry de Baleària, por supuesto...)
Esa tarde, en el puerto, las rachas llegaban a los 27 nudos, el barco se balanceaba en el amarre. A descansar y a reponer fuerzas, la previsión nos da un respiro mañana para cruzar el cabo.
¡Amarrados en Denia!