martes, 26 de julio de 2016

Vacaciones marineras y 3

Después de varios días de vacaciones, toca plantearse el regreso, que si hemos tardado tres días en llegar hasta aquí, no sé cuánto nos costará volver...
Afortunadamente, las condiciones meteorológicas son mejores que a la ida, y podemos hacer el viaje en una sola etapa: Desde Moraira hasta Cullera, cruzando el cabo de San Antonio, en ocho horas.
El primer tramo, a motor, que las condiciones para cruzar el cabo son casi siempre complicadas; fuerte viento de mar, y ola de fondo. Siempre, en las inmediaciones de cualquier cabo, el tiempo es cambiante y caprichoso; se unen las condiciones del mar con la orografía de una costa escarpada, la influencia del Montgó, y ya tenemos la ensalada. Los vientos se aceleran y se curvan al pasar el cabo, y si tienes condiciones adversas, en el cabo son peores.
En este caso, no llegó a mayores, pero el paso fue incómodo por la ola.
El Montgó al fondo, dominando la llanura del cabo de San Vicente. Nuestro destino, justo detrás de esa montaña.
Una vez pasado Denia, y adentrándonos en el Golfo de Valencia, el viento rola para ponerse a nuestro favor. Un cómodo rumbo de aleta que incluso aplana un poco la ola de fondo que nos venía molestando, y nos permite navegar a vela las últimas veinticinco millas del recorrido. A las siete de la tarde del viernes amarramos de nuevo en Cullera, para disputar la XV regata Pirata Dragut en aguas de la bahía el sábado por la mañana.
Las previsiones de viento para la jornada del sábado son de vientos de componente ESE, fuerza tres a cuatro. El sábado amanece despejado, y las previsiones se superan, con vientos fuertes y ola incómoda que hace que las ceñidas sean complicadas, al menos para el Entre dos azules y su tripulación reducida...
Una vuelta a un triángulo de unas cuatro millas y media,con rumbos de ceñida y través, que nos llevaron por toda la bahía a velocidades de casi siete nudos.
Finalizando la regata, uno de los barcos de la flota, el Alkaid II pierde el timón cerca de la peñeta del moro, y tiene que ser auxiliado por el Barbablu, que se ha convertido en una suerte de remolcador de veleros del puerto de Cullera...
El Barbablu acercando al Alkaid II al amarre.
Lo bueno de los timones de fibra es que flotan, así que pudo ser rescatado también. Ahora otra operación de brico-barco, y arreglado...

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