viernes, 22 de julio de 2016

Vacaciones marineras 2

En la etapa anterior, nos habíamos quedado en Denia, con una ventolera considerable que nos impedía cruzar el cabo de San Antonio. El martes 12, sin embargo, las previsiones eran de poco viento, ideal para recorrer la escarpada orografía de los cabos de San Antonio y La Nao, y las incontables calitas que jalonan la costa entre Denia y Calpe.
El mar, como un plato a la salida de la bocana de Denia. El Cabo San Antonio al fondo, nada que ver con el panorama de ayer... Pero, las consecuencias de la ventolera nos trajeron curiosas capturas a bordo; rescatamos ésto con el salabre.
Algún niño se quedó sin colchoneta ayer en la playa...
Total, que sin viento, avanzamos tranquilamente a motor, pero sin despeinarnos, bordeando los acantilados de la costa alicantina.
El faro del cabo de San Antonio, justo desde abajo...
Para cruzar la bahía de Jávea izamos la mayor, el poquito viento que había nos ayudaría a gastar menos gasoil (y ahorrar en ruido también...)
Junto al islote de Portitxol, al sur de Jávea, vimos las evoluciones de la Salvamar, auxiliando a una motora en apuros (se había quedado sin batería). La foto es de mala calidad, pero es que incluso con este buen tiempo no saco el móvil de la funda estanca... por si acaso
La costa, escarpada, con sus casitas colgadas al borde de los acantilados; a ver cuánto aguantan antes de que un temporal las reclame...
El faro de La Nao, vigilando su parcelita de litoral:
Más cuevas, y más calitas... navegando pegados a las rocas, con más de veinte metros de profundidad, aquí es imposible echar el ancla (a menos que lleves setenta metros de cadena...)
Así que frente a la cala de la Granadella, bajamos la vela y paramos el motor, para poner el barco a una suerte de pairo, y darnos un chapuzón, que el calor aprieta y no hay brisa que lo alivie...
  
Un, dos, tres, ¡splash!
¡Aaaahhh, qué rica!
Después de unos minutos de refrescante chapuzón, por turnos y siempre agarrados a una de las defensas del barco; no olvidemos que no estamos anclados y la brisa puede jugarnos alguna mala pasada, retomamos el rumbo al sur.
Desde ahí tenemos varias opciones, el puerto de Moraira, o el de Calpe. Llamamos por teléfono, para comprobar disponibilidad, y nos decantamos por el de Moraira.
El Entre dos azules amarrado en el muelle del espigón del puerto de Moraira.
Etapa 3, Denia-Moraira, 15 millas.
Aquí, a hacer turismo y descansar, que las previsiones para los próximos días son de mal tiempo, lluvia y ola de fondo, que viene un temporal del golfo de León... Afortunadamente, Moraira tiene bastantes rincones agradables, y además, coincidió que comenzaban las fiestas...
  
Paseando por los rincones del pueblo.
La lonja de pescado de Moraira, una de las pocas del litoral donde el público en general puede pujar y comprar pescado fresco de la bahía.
La procesión de la Murta, dentro de los actos de fiestas de Moraira.
El fondo del puerto de Moraira está tan limpio que éste es el panorama al asomarse por la borda del Entre dos azules en el amarre: tenemos por vecina a una estrella de mar que vive en la base del muelle.
Después de dos días de descanso, toca prepararse para volver a hacerse a la mar. Hay que volver, que el sábado tenemos regata en Cullera.

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