viernes, 18 de diciembre de 2015

VIII regata de cruceros Playa de San Antonio - Regata

Doce de Diciembre, Cullera.
El día amanece tristón y gris, sin ganas de sol. En realidad invita a quedarse en la camita, con una taza de chocolate caliente, y un periódico. Pero tenemos el barco en Cullera. Y la última regata del año por disputar.
En la reunión de patrones nos explican el recorrido: un triángulo pequeñito, de una milla y media de longitud, que deberíamos recorrer tres veces. ¡Tres vueltas! ¡Me voy a perder en la segunda!
Al principio, el viento sopla de poniente, y el campo de regatas se modifica para que tengamos que ceñir al menos en una parte del recorrido. Así que salimos en regata, desde la boya de mar adentro, ciñendo hacia la Peñeta del moro, para luego ir de través hacia el Hotel Sicania, y volver a la boya de mar adentro, donde espera el comité de regatas. Eso tres veces.
La primera vuelta, con el viento de tierra, se hace larguísima, y conseguimos terminarla en una hora y media. luego, como estaba previsto, el viento rola hacia Norte, con lo que el tramo de ceñida es ahora el de la Peñeta del moro hacia el Hotel Sicania.
Nuestros amigos del Llevant Blau Regata ya están dando la cuarta vuelta cuando nosotros comenzamos la segunda; pero ellos corren en otra liga...
Después del role de viento, el cielo se encapota, con lo que el viento baja una barbaridad. La segunda vuelta la hacemos en algo más de una hora, pero cuando enfilamos la tercera, el mar se alisa hasta convertirse en una balsa de aceite.
La boya ya estaba deshinchada, ¿eh? que nosotros no la hemos tocado todavía...
Al virar esta boya (en esta ocasión las dejamos todas por estribor) el viento cae ya del todo, y las velas nos quedan colgando como mocos. Estamos virtualmente parados. Si hubiera sido veranito, me hubiera tirado al agua para darme un chapuzón. Pero es Diciembre. Y no apetece.
Así que sólo queda una: coger la radio y comunicar al comité de regatas que el Entre dos azules se retira de la competición.
Es una decisión difícil, porque siempre te queda la duda de si hubiéramos podido salir de la encalmada y retomar el rumbo; pero al ser una regata tan corta, y la encalmada tan grande, no merecía la pena comerse el coco. Además, estaban esperando en el muelle sur con el arroz al horno de despedida del año, y la entrega de trofeos de la liga... Motor y a casa.
El Entre dos azules, en la clasificación; fuimos los últimos en retirarnos... 

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