lunes, 12 de octubre de 2015

Sistema de refrigeración

En fin, que un sobresalto tras otro, el motor nos va contando sus achaques. Y el último no ha sido grave, pero nos ha delatado como armadores novatos.
El sistema de refrigeración de un motor marino es un punto débil más del que preocuparse. Básicamente, el motor se refrigera como cualquier motor de compresión normal; hay un circuito cerrado de agua dulce (o anticongelante), que circula por dentro del motor, refrigerando las camisas de los pistones. Este agua extrae el calor del motor, y se la lleva fuera. Y donde los motores terrestres tienen un radiador que enfría el agua mediante circulación de aire, el motor marino tiene un intercambiador de agua, que enfría el agua dulce haciéndola circular junto a un flujo continuo de agua salada.
Lo que quiere decir que tenemos otro circuito de agua paralelo en nuestro motor; una bomba de rodete toma agua del mar, la hace pasar por un filtro, y por un intercambiador (que no es más que un montón de tubitos que hacen circular ambas corrientes de agua para que haya un intercambio de calor sin que se mezclen las aguas); y de ahí, al escape y al mar de nuevo. Por eso los barcos echan agua por el tubo de escape; es agua de la refrigeración externa del motor. No está contaminada porque no entra al motor; sólo está un poco más calentita.
Entonces, tenemos un gran abanico más de posibles culpables:
- La entrada de agua de mar, puede estar obturada.
- El filtro de agua de mar, puede estar sucio.
- La bomba de rodete puede estar rota.
- El intercambiador de calor puede estar roto.
- El termostato del circuito de agua dulce puede estar averiado.
- Puede haber alguna avería en el bloque motor, que no permite refrigerar al agua (fallo en las juntas, contaminación del aceite, etc...)
Es decir, que puede ser desde una tontería, hasta tener que plantearnos cambiar el motor entero...
En fin. El aceite no está lechoso, así que no hay que preocuparse (de momento) por una posible avería grave en el bloque motor. Vamos a probar las posibilidades desde la más fácil.
Santi se volvió a tirar al agua una vez más, para ver cómo está la entrada de agua salada bajo el casco.
Ya os comenté en otra ocasión que el casco del barco está lleno de agujeros... la entrada de agua de refrigeración al motor es uno de los más importantes. No por el diámetro, porque no es muy grande, sino por su función. En el exterior tiene una rejilla que lo protege, no es un agujero sin más:
Este es un pasacascos típico de refrigeración de motor; el del Entre dos azules está un poquito más sucio (y montado, va cabeza abajo...)
Esta rejilla está para evitar que el circuito trague algo que no pueda digerir; algún trozo de plástico, o algo así. Eso taparía de golpe la entrada de agua salada al intercambiador y nos detendría en seco la refrigeración.
Pero esa rejilla sirve de también de refugio a un montón de caracolillo, lapas, algas, y demás vida submarina que puebla el casco de un barco. ¡Dónde van a estar más a gusto! Un sitio sombreado, protegido de depredadores, con un flujo de agua que les trae la comida prácticamente a la boca, cuando el motor está en marcha...
Así que esta semana hemos desalojado una familia de lapas que estaba tomando la rejilla al asalto... Santi la limpió un poco el martes, y yo he rematado la limpieza hoy (Solo hay fotos de hoy, porque el martes Santi estaba solo... Tenemos que comprarnos una Go-Pro sumergible...)
Ahí estoy yo; pañuelito en la cabeza, neopreno y aletas... ¡A limpiar!
El extremo de fuera del circuito está limpio; ahora a ver el filtro de agua salada del interior. Junto al motor, hay un filtro que nos quedó sin revisar cuando Santi hizo el mantenimiento del motor:
Exactamente; ahí a la izquierda, donde dice "filtro agua salada"
Estaba bastante cochino, si señor...
Entonces, al haber mejorado la entrada de agua salada, tenemos que probar si hemos mejorado la refrigeración del motor, para no seguir más allá en la lista...
Arrancamos el motor, con el circuito de agua dulce relleno y limpio, y el circuito de agua salada libre de bichos... la temperatura no sube de 70 grados, aun dándole caña al motor.
Aprovechamos para calibrar el cuentarrevoluciones del motor, midiendo directamente las vueltas que da el cigüeñal con la app Strobe light tachometer, una de esas raras aplicaciones de móvil que tienen utilidad verdadera...
En fin, que todo marcha de nuevo, y nos da un trabajo...
¡A navegar!

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