domingo, 26 de julio de 2015

Grifos de fondo

Uno de los quebraderos de cabeza que teníamos a bordo era el de los grifos de fondo. Veréis: el casco de un barco debería ser un sistema estanco: el agua fuera, la gente dentro.
Pero hay varios servicios a bordo que necesitan agua, y la reserva más grande de agua que puede tener un barco es el mar. Así que hay que hacer un agujero al casco para dejar pasar agua dentro. No parece buena idea, ¿no? Y no lo es. Pero es un mal menor.
Entonces, hacemos el agujero, y llevamos una tubería hasta donde necesitamos el agua (refrigeración del motor intraborda, sistema de evacuación inodoro...). Hasta ahí, todo bien. También hay desagües que van directamente al mar: fregadero, WC, bañera exterior... Más agujeros.
¿Y qué pasa si algún día hay una avería, y se rompe alguna de esas mangueras? Pues mal asunto (sobre todo si es la del baño...). Hay que poner un grifo que cierre esa entrada justo en el casco, para evitar el riesgo de vía de agua al interior.
El tapón de madera debe estar también, por seguridad. Si todo falla... tapón al canto.
Esos grifos, llamados de fondo, tienen una finalidad de seguridad. Y deben estar en buen estado. El problema es que cualquier mecanismo en el mar, está sometido a un entorno bastante hostil, y los grifos de fondo están en primera línea de fuego. Hay que cerrarlos y abrirlos de vez en cuando, para que no se atasquen (que en el momento que necesitemos cerrarlos puede ser muy difícil...). Si recordáis, en el viaje de transporte a casa, intentamos cerrar el grifo de fondo del WC y no pudimos. Pues esa reparación está en la lista desde entonces. Y hoy la hemos podido borrar.
Después de la limpieza del casco, en la que Santi se esmeró en limpiar el agujero del pasacascos, que estaba lleno de bichos; y varios intentos de cerrar el dichoso grifo (que al ser una llave de paso de una pulgada y media tampoco era fácil... cuanto más grandes, más duras de mover...) hoy hemos conseguido convencerla de que es mejor cerrarse.
Creo que ha sido porque veníamos con la llave de grifos para desmontarla (y un arsenal de herramientas y planes "b"), y ha visto que el riesgo de desahucio era real, y se ha soltado sola... O porque hemos hecho fuerza desde otro sitio...
 Hay que sentarse en el banco del salón, detrás de la mesa.
 Meter la mano en el cofre de la sentina.
 Y alcanzar el grifo de fondo grande. Como todo en el barco, está poco accesible, y rodeado de cables y tuberías. Menos mal que esta semana habíamos saneado también la zona, sacando cables eléctricos que pasaban por debajo de las tuberías de agua (!) y dejando algo más despejado el acceso.
Ya están los dos grifos (entrada de agua y salida del WC) cerrados. Ahora podemos acometer las reparaciones en el baño con seguridad de que no se va a hundir el barco (que ya sería triste, hundir el barco porque se te inunda el inodoro...)

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