sábado, 6 de mayo de 2017

Antes, y después...

La verdad es que son una pasada las fotos del antes y el después, cuando ha habido un cambio radical. Y ayudan mucho a darse cuenta de que, a pesar de que no lo parezca en general, hay cosas que cambian, y mucho...
Por ejemplo, el compás de mamparo, aquel que impermeabilizamos con tanto mimo hace unos meses, (en esta entrada veréis fotos de aún antes), tenía unos ligeros problemas de opacidad.
Buscando por internet, descubrimos que el mejor remedio para el metacrilato turbio era el algodón mágico limpiametales (el Aladdin de toda la vida) y un poquito de frotar...
Aquí me tenéis en faena... ojo, usad guantes, que el algodón ése es una cochinada... Y ¡Tachan!
Un poquito de propaganda gratuita... la verdad es que el producto es una pasada... y con el metacrilato, que es tan delicadito, un bálsamo. No me costó mas que diez minutos conseguir este efecto.
Otra zona del barco que estaba pidiendo una limpieza era el techo del pasillo, sobre el armario, donde Santi había despegado el tapizado de coco. Aún quedaban pelos de moqueta granate, de algún tapizado anterior, y la madera superior del armario estaba muy dañada por la humedad (ese portillo fue el primero que saneamos por entradas de agua...)
Esta vez, no hay productos milagro ni camino fácil; espátula, formón fino y a rascar poco a poco... El techo además es una zona complicada, por la postura que hay que tomar y por la tortícolis que da trabajar en ese hueco pequeño... pero en una tarde de trabajo, (y gracias a que Santi ya había quitado lo más gordo, si no mirad las fotos de aquella entrada anterior...) el gelcoat quedó bastante aparente:
La repisa del armario, la cubrimos con una plancha a medida de polipropileno alveolar blanco, ya cambiaremos la madera más adelante...
Y así, poquito a poquito, vamos adecentando el barquito...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.