martes, 17 de mayo de 2016

La Sentina limpia

¡Esto sí que es inaudito! ¿Cuándo se ha visto en un barco una sentina limpia e impoluta? Probablemente el día de su compra, y poco más.
Nosotros hemos tenido suerte, dentro de lo que cabe. La sentina del Puma pasó por una limpieza no hace mucho (unos diez años, así a ojo) y no estaba demasiado cochina. Un par de jornadas de trabajo frotando, y Santi ha conseguido dejarla como los chorros del oro.
La sentina recién descubierta, y sus tesoros... Al fondo, una palanca de accionamiento de la bomba de achique. Alguien la perdió ahí abajo, y no se molestó en enviar una patrulla a buscarla...
Este es el aspecto de la sentina tras unas horas de tratamiento con papel. Todos los papeles que entran en contacto con ese lodo negro, hay que tirarlos con mucho cuidado, en el punto limpio del puerto, donde se tiran los residuos de carburante y aceites.
Y el famoso portaaviones en la bañera, esperando su ración de estropajo.
Por dentro, el depósito está bastante perjudicado; toda la resina picada de óxido de las tuberías, y con el gelcoat agrietado por el paso de los años. Posibilidad de recuperación, no tiene mucha, no...
¡Ta-daaaa! La sentina limpia y reluciente; la pintura de poliuretano gris algo descascarillada por el paso del tiempo, pero bastante completa, y los cinco plastones de los bulones de la orza.
La orza de plomo de 3500 Kg se mantiene sólidamente sujeta al casco del barco mediante cinco tornillos con sus cinco tuercas... Imaginad el tamaño de las tuerquitas...
El portaaviones ha recuperado casi su color original, y está listo para volver a su alojamiento. No así su función; de momento no va a volver a contener agua.
De nuevo reciclaje: el depósito se mantendrá en su sitio gracias a unos churros de piscina: 2€ en el chino de la esquina.
El suelo de nuevo en su sitio, y ya está el barco listo para recibir visitas:

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