miércoles, 6 de enero de 2016

Varadero Burriana

Lo malo de esta afición nuestra es que es bastante cara en general, así que hay que buscar las ofertas, a distancia razonable de casa (si seis horas de viaje se pueden considerar razonables...)
Nos enteramos que en la marina Burriananova había una promoción en varadero, para pintar la patente, y al Entre dos azules le hacía falta un repasito, visto el éxito en la última regata de Cullera, que el casco ya es un freno importante...
Así que nos llevamos el barco a Burriana, para que le mimen un poquito la obra viva.
...Y sí le hace falta, sí.
No sé si se llama obra viva porque es la parte sumergida del barco o porque, efectivamente, está llena de vida... En fin, que esto es lo que hace que el barco avance aún menos a vela con viento flojo. (Aunque con vientos fuertes, eso da igual, como comprobamos en el transporte hasta aquí...)
Normalmente, la pintura que se aplica a los barcos bajo la línea de flotación suele mantener a raya la proliferación de bichitos, pero ya se sabe, cualquier cosa sumergida acaba cubriéndose. Primero es el verdín, que actúa de sustrato. Sobre ello, el caracolillo, que son esos gusanitos que crean tubitos calcáreos sobre toda la superficie, y de lo que está lleno el Entre dos azules:
Sobre eso ya empiezan a pegarse las lapas, y a partir de ahí ya te declaran el barco reserva de la biosfera, con sus algas, mejillones, gusanos tubícolas, y todo el ecosistema de un arrecife coralino.
(Alguno hemos visto que merecía la distición...)
Total, que en el varadero de Burriananova sacaron el barco en seco, lo pusieron en una cuna, y le limpiaron toda la porquería de la panza.
Así mejor, después de un buen repaso con la hidrolimpiadora de alta presión (la Kärcher de toda la vida...) ¿Veis cómo la pintura negra está desconchada por trozos? es que la patente se va gastando con el tiempo, y si además, lo limpiamos buceándolo, como hicimos este verano, con los bichos que le quitamos se va yendo la pintura.
Una vez limpio y seco, es hora de aplicar la patente nueva:
A rodillo y con paciencia... menos mal que el barco no es muy grande; en flotación mide unos ocho metros de largo, y el calado de un metro ochenta y cinco sólo en la orza; no resulta una gran superficie. En sólo dos turnos de trabajo ya han pintado toda la pintura antiincrustante del Puma con dos capas, y refuerzo de tres en el timón y en la zona más cercana a la superficie.
Como nuevo, ¿a que si?
Ahora hay que esperar que las previsiones de viento no sean muy duras, -porque con mucho viento la grúa no funciona-, y nos lo puedan bajar al agua. Otra va a ser traerlo, que el viento está soplando en dirección contraria, y así va a seguir varios días... no sé si vamos a llegar a la regata de Cullera de este fin de semana...

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