domingo, 18 de octubre de 2015

Excursion a Benissa

Como  todo no es barquito en esta vida, este sábado hemos ido de excursión por la costa de Benissa, desde Moraira hasta Calpe. La entrada de hoy va a ser fotográfica...
El sol trata de abrirse paso entre la niebla matutina...
 Tempranito por la mañana, cogemos un autobús que nos lleva hasta un tramo de pinares, que constituye la costa de Benissa. Como muchas poblaciones del litoral mediterráneo, su núcleo urbano está alejado del mar, para protegerse de los ataques de los piratas berberiscos.
En una pinada sombría, comienza el camino ecológico que une Benissa con Calpe.
El caminito está marcado con carteles que destacan la riqueza ecológica de la zona.
Esta senda arranca en la cala del Baladrar, y va recorriendo la línea de la costa, pasando por las diferentes calitas que forman este escarpado litoral; la Goleta, la Cala del Advocat, la Cala Llobella, la Cala Fustera, y la Cala dels Pinets.
Al fondo se ve aún el término municipal de Moraira.
El Peñón de Ifach, desde su cara norte.
El sendero, a la orilla del mar. En esta zona, las playas son de cantos rodados.
La costa ofrece curiosos refugios, como estas piscinas naturales en plena roca.
Entre la cala de la Fustera y Els Pinets, nos encontramos con una exposición de arte al aire libre.
La Cala de La Fustera se llama así porque, debido a la orografía y las corrientes, toda la madera de los naufragios (madera; fusta en valenciano) acababa aquí. Y es la única playa de arena de la zona; arena que han traído aquí en camiones, y que se aguanta porque las corrientes no la arrastran fuera debido a un arrecife natural sumergido frente a la cala.
Finalmente, llegamos al pequeño embarcadero de Les Bassetes, con un minúsculo abrigo para una pequeña flota de barcos, un bar y un club de buceo; la costa merece la pena tanto por encima como por debajo del nivel del mar...
El Club Náutico de Les Bassetes.
De ahí fuimos a comer al puerto de Calpe, con su variada oferta de pescado y marisco fresco, y por la tarde, visitamos el casco antiguo de Benissa, repleto de historia.
 Aparte de pasear por el casco antiguo, que tiene muchísimo encanto, tuvimos la suerte de poder visitar una de las casas solariegas del pueblo; la casa de los Cabrera-Abargues. (Los dos calcetines del escudo son en realidad dos abarcas).
 El salón de la planta baja, con una lámpara de dudoso gusto...
 La despensa.
 Una alacena de la cocina.
 El salón azul, donde se hacían los negocios...
Todo el mobiliario es original y está catalogado.
Podéis ver más fotos e información en la Fundación Caixa Carlet, y en su página de Facebook.

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