Pero a cincuenta kilómetros de Toulouse, la autopista se atascó. Estábamos parados en medio de la nada, rodeados de turistas con los coches cargados de trastos de playa, preguntándonos por qué los franceses viajan en domingo.
Nos paramos en el área de servicio más próxima, que resultó ser Port Lauragais, una de las áreas de autopista más grandes que he visto en mi vida, con un lago, deportes náuticos, paseos en bici, tenis, tiro con arco, esgrima (sí, sí, lo de los floretes), y un montón de espacio para entretenerse.
Ahí decidimos que, si el plan de playa se nos había chafado, nos tocaba ir a la montaña. Lógico, ¿verdad?
Así que salimos de Port Lauragais hacia Tarascón-sur-Ariège, para visitar el parque de la prehistoria.
En toda la zona del río Ariège, hay cuevas con arte rupestre, y restos arqueológicos de la era Magdaleniense, así que han preparado un parque temático para mostrar todos esos vestigios. Está centrado sobre todo en el arte rupestre, y en la cueva de Niaux en particular, que alberga una de las más grandes colecciones de pinturas rupestres conocidas.
En una de las instalaciones del parque, Caracol encontró su némesis:
En savoir plus: www.grands-sites-ariege.fr
Très bien! Se escribe así, ¿no? :-)
ResponderEliminarA veces los cambios de planes son para mejor. ;-)
ResponderEliminarSí, cuanto más planificas, más se tuerce... o no.
ResponderEliminarDe todos modos, siempre hay que tener a punto un "plan b"... ^_^